Al presentar un análisis sobre el derecho al trabajo en México, el organismo destacó que el principal reto que enfrenta México en este terreno hoy en día es la informalidad. Además, identificó desafíos para impulsar una mayor participación laboral de las mujeres.
Para superar la brecha de participación económica entre mujeres y hombres, hay que generar estrategias “en torno al acceso a guarderías, flexibilización de tiempos de trabajo y reducción de la jornada laboral”, señaló el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Es lunes, el organismo presentó el Estudio diagnóstico del derecho al trabajo 2022. El análisis identifica las condiciones que determinan en la actualidad el acceso al empleo y propone formas de garantizarlo “en un contexto cambiante” originado por la reforma laboral, la pandemia de covid-19 y “la profundización” de las brechas de género y la informalidad laboral.
El Coneval destaca varios logros en materia laboral de la actual administración. Sin embargo, señala que la informalidad sigue siendo quizá el mayor reto. “Tan sólo entre 2009 y 2020, la informalidad laboral en México ha registrado porcentajes cercanos al 60% de la población ocupada”, destaca.
Los empleos informales están ocupados principalmente por jornaleras y jornaleros (87%), población con menor escolaridad (80%), personas adultas mayores (76%) y jóvenes (59%).
Para remediar esta situación, el organismo recomienda “una política integral” que ponga atención en todas las personas trabajadoras informales, pero con especial foco “en los grupos y sectores más afectados por la informalidad”.
En octubre pasado, más de 32.4 millones de personas trabajaban en la informalidad, es decir, el 55.4 % de la población ocupada, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Las consecuencias de tener un trabajo informal en México van desde la falta de seguridad social, poca estabilidad laboral y, ante la falta de vigilancia, menor probabilidad de contar con prestaciones de ley y flexibilidad laboral. Por otro lado, más posibilidades de tener bajos salarios y jornadas de trabajo más largas.
De acuerdo con los resultados de la ENOE, las mujeres tienen una mayor tasa de informalidad laboral que los hombres. Para octubre pasado, el 55% de ellos estaba ocupado en un empleo informal, y el 56% de las trabajadoras estaba en esa condición.
El beneficio de jornadas más cortas
La falta de apoyo para el trabajo de cuidados y del hogar no remunerado y “el restringido acceso a guarderías” impiden la participación laboral total o parcial de las mujeres, señala el Coneval.
El acceso a guarderías es un derecho garantizado en la Ley de Seguridad Social (LSS), aclara el organismo. Sin embargo, en México el acceso a la seguridad social sigue estando estrechamente ligado al empleo formal.
Es necesario, agrega el Coneval en el documento, “reducir el desigual reparto del trabajo de cuidados” a través, por ejemplo, de campañas de concientización. “Además, se requiere atender esta problemática para trabajadoras informales o disponibles para trabajar”.
Sin embargo, si bien estas medidas son necesarias, también son insuficientes “para posibilitar una mayor participación económica”. Estas estrategias deben ir acompañadas “de la reducción de la jornada laboral y la flexibilidad del tiempo de trabajo a favor de las y los trabajadores, sin que implique pérdida de ingresos, son necesarios para favorecer el trabajo de la mujer”.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y otras instancias podrían coordinar dicha estrategia, propone. La STPS podría “generar espacios para discutir diferentes alternativas para la reducción de la jornada laboral y esquemas de jornadas flexibles que mejoren el equilibrio entre trabajo y familia”.
Mientras que el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Secretaría de Bienestar, agrega el organismo, podrían participar “para adoptar medidas para garantizar el acceso al servicio de guarderías para las hijas e hijos de las mujeres que trabajan o están dispuestas a hacerlo”.
Actualmente en el Senado y en la Cámara de Diputados hay iniciativas para reducir la jornada laboral. Aunque en realidad los proyectos no tienen un enfoque de género, bajar el número de días obligatorios o las horas semanales que deben ser laboradas podría ayudar a las mujeres, de acuerdo con lo expuesto por el Coneval.